LA MARCHA DEL GARAGE SALTA

Hace poco llegó a nuestras manos un material por demás extraño y desconocido, al menos para nosotros.

Jamás nos hubiéramos imaginado que alguna vez se hubiera compuesto una marcha patriótica dedicada... ¡a una estación de ómnibus de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires!

El garage estaba ubicado en el barrio de Constitución y albergó a muchas líneas de ómnibus en el transcurso de su vida útil. Las últimas que tuvieron allí su base, antes de ser privatizadas, fueron la 104 (hoy 24) y la 155, que aún existen, y las desaparecidas 149 y 170.

Fue privatizado junto a todas las demás estaciones de ómnibus, en 1960, y pasó a manos de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros S.A., más conocida como E.T.A.P.S.A., que aún hoy opera a la línea 24, descendiente directa del ómnibus que el garaje Salta cobijaba.

La partitura, editada el 5 de Septiembre de 1949, fue compuesta por tres empleados de su dotación: los autores de la letra, R. Lillo y R. Lareu (no constan sus nombres de pila) y el compositor, Alfonso Yanielli, se la dedicaron con todo afecto a sus compañeros del garage.

Todo indica que fueron autores prolíficos: en la contratapa de la partitura figuran tres tangos del mismo autor (sic), titulados ¡Y a la Bolsa!, Caminar por la Sombra y Cambiate de Pilchas. No nos consta si alguno de estos títulos llegó a tener alguna repercusión.

Su título es Garage Salta y su letra es casi inocente como la de muchas otras marchas análogas, ya sean patrióticas o no, e incluye una sutil adulación dirigida al entonces presidente Perón, una costumbre muy extendida por aquellos tiempos.

Tal vez la pieza no tenga mucho valor musical (¡o tal vez sí!, quién lo sabe...) ni la letra sea una maravilla, pero su valor histórico es inestimable. No se conoce, al menos hasta el momento, otra pieza musical cuya musa inspiradora haya sido una estación de ómnibus.

La marcha consta de tres versos, uno de los cuales se repite a manera de estribillo. Y dice así, transcripta textualmente:

Tal vez la marcha Garage Salta no sea recordada como un majestuoso exponente del arte musical ni mucho menos. Pero, a su manera, se ganó un lugarcito en la historia.

No en la de la música, pero...

(Mucho le agradecemos a nuestro colega y amigo, el Sr. Pedro Camilo Teisa, que nos acercó y facilitó la partitura que, tras nuestra sorpresa inicial, hizo posible la confección de esta nota).