Un asunto de parabrisas.

El diseño de carrocerías de ómnibus en Argentina entre 1940 y 1960

Los primeros ómnibus frontales de larga distancia (1940-1943) definieron el diseño de sus frentes según dos modalidades: una, con el parabrisas conformado por dos planos de vidrio independientes; así eran los modelos de Gerónimo Gnecco, en especial los producidos para El Cóndor sobre chasis ACLO o Leyland o para Rio de la Plata, sobre los más livianos Ford o International K·3 frontalizados.

El Cóndor, Chasis ACLO, Carrocería Gerónimo Gnecco

Rio de la Plata, coche 20, chasis Ford. Carrocería G. Gnecco 

Este diseño de parabrisas compuesto por dos planos de vidrio independientes también lo utilizaron Gnecco y Agosti en los modelos para media distancia, con motor por fuera de la carrocería como los carrozados sobre chasis International para Expreso Buenos Aires.  

Expreso Buenos Aires, coche 4. International K-7 carrocería Agosti. 1940-42

Agosti continuó con este diseño en colectivos urbanos hasta finales de los años cincuenta.

Unión Platense, carrocerías Agosti, chasis Ford. 1947

El Halcón, carrocerías Agosti. Aprox. 1957

El otro diseño estaba inspirado en las imágenes de las vanguardias artísticas europeas, en la geometría del art deco y su incidencia en los cómics y películas de héroes del futuro.

Expreso Buenos Aires. Carrocería El Halcón, chasis ACLO Regal. Aprox. 1948

Cia. Cva. Costera Criolla. Carrocería El Trébol, chasis ACLO Regal. Aprox. 1948

En estos diseños, el parabrisas se integraba con los ventiletes laterales en una unidad formal. La industria C.A.T.I.T.A. fue pionera de estas formas, pero los ejemplos más difundidos fueron los de El Trébol, El Halcón y Gerónimo Gnecco.

El Cóndor. Carrocerías C.A.T.I.T.A posiblemente sobre chasis ACLO o Leyland. Aprox. 1943

Eran carrocerías con estructura de madera, más cercanas al taller artesanal que a la industria. Esto dificultaba la producción de partes en serie y hacía de cada ómnibus una pieza única y reconocible por algún detalle, aunque en conjunto era claramente legible la identidad de la carrocera. 

Sin embargo y a pesar del carácter artesanal de la producción, existía también una fuerte identidad de los ómnibus de larga distancia de Argentina, en su mayoría sobre los pesados chasis ingleses ACLO o Leyland, con sus grandes rodados, las formas redondeadas y agresivas de sus exteriores metálicos y los cuidados detalles de acabado en los interiores de madera. 

Fueron los vehículos confortables y seguros para desplazarse en las rudimentarias cintas de “macadam” de la llanura sin fin, imágenes familiares y queridas por usuarios, empresarios y conductores en el chato paisaje pampeano.

T.A. Chevallier. Carrocería Gnecco, chasis ACLO Regal. 1948

TIRSA. Carrocería Gnecco chasis ACLO Regal, 1949.

La nacionalización de los ferrocarriles en Argentina, por el gobierno del General Perón en 1948, implicó lo mismo también de las empresas de ómnibus vinculadas a intereses ferroviarios; es el caso de la empresa El Cóndor dependiente del, hasta ese momento, Ferrocarril Sud. 

Así, se creó una empresa estatal que operó diferentes líneas de ómnibus de media y larga distancia y se importó de Estados Unidos una gran cantidad de vehículos que llegaron carrozados al país. En su mayoría ómnibus Producidos por General Motors Corp. (modelo Parlor Coach PD 4101 y 03), por General American Transportation Corp. (Aerocoach P-46/37) que nutrieron la empresa El Cóndor, ahora estatal. En menor cantidad llegaron a empresas particulares. 

También se importaron unidades Beck Mainliner II para empresas particulares y unos pocos Flxible del modelo Clipper.

Inauguración del servicio de El Cóndor con unidades Aerocoach, importadas de Estados Unidos. 1948.

Como señala Marshall Berman, los significados de modernidad no se encuentran en el medio natural, sino en los medios artificiales producidos industrialmente. En ese sentido los largos y polvorientos viajes en ferrocarril no podían competir con los asépticos interiores de nuevos ómnibus importados de Estados Unidos que expresaban los significados de la modernidad que los argentinos deseaban para sus viajes. 

Ante esto el parque automotor argentino se vio repentinamente “antiguo”. Las carroceras nacionales debieron actualizarse rápidamente, incorporar las estructuras metálicas y acercarse al diseño de los nuevos vehículos, en especial en los frentes que era donde más se acentuaban las diferencias.

T.A. Chevallier. Aerocoach. 1948

Gobierno de la Provincia De Buenos Aires. Parlor Coach. 1948

En general los nuevos ómnibus tenían fuertes rasgos comunes entre sí: motor trasero, andar sereno y pequeñas ventanillas deslizables a diferencia de las más amplias y de subir, de la tradición carrocera argentin.

 Los modelos Beck Mainliner y Flxible Clipper, mucho menos difundidos que los Aerocoach y Parlor Coach no tuvieron la misma incidencia en los talleres nacionales, aunque sus frentes, menos llamativos que los de los Aerocoach y Parlor tenían diseños correctos con parabrisas y otros elementos muy proporcionados.

El Rápido. Beck Mainliner, aprox. 1950.

LR3-· TV Canal 7. Unidad móvil para exteriores. Flxible Clipper.

Como es común en los procesos de transformación del gusto motivados por el deseo de modernidad, no se tuvo en cuenta que se estaba perdiendo una identidad forjada cuidadosamente en los talleres de carrocerías del país durante varias décadas de producción, ahora atropellada por ideas foráneas que -en lo formal- poco aportaban al diseño de los ómnibus de media y larga distancia. 

Sin embargo, el gran aporte los nuevos ómnibus importados estuvo en los procesos de producción, en el paso de la artesanía a la industria, en la incorporación de estructuras metálicas y en la producción de las piezas en serie que permitió procesos más rápidos y productos más homogéneos.

El Cóndor, GMC Parlor Coach. 1948 

Micro Mar, Aerocoach- 1948 

A fines de la década del cuarenta también se importaron ómnibus de Inglaterra: chasis ACLO y Leyland carrozados por firmas británicas.

El Cóndor. Chasis ACLO, importado carrozado. 1948.-

Cooperativa Perito Moreno. ACLO o Leyland, importado carrozado. 1948.

A pesar de los adelantos técnicos y de confort que aportaban los productos ingleses y de los excelentes acabados interiores, no tuvieron incidencias en los diseños y la producción de carrocerías nacionales que continuaban basándose en los modelos que llegaban de Estados Unidos.

Río de la Plata: chasis ACLO carrozado por Park Royal. Aproximadamente 1952

Montaje de la carrocería en los talleres Park Royal, Inglaterra.

ABLO y Gral. Urquiza: chasis Leyland carrozado por Burlingham. Aproximadamente 1952

El frente plano y los parabrisas redondeados del modelo Aerocoach P-46/37 utilizado en grandes cantidades por El Cóndor, Micro Mar y T.A. Chevallier principalmente, se constituyeron en el paradigma de la modernidad en las carreteras argentinas de fines de los años cuarenta y cincuenta. 

La industria nacional copió el diseño con algunos resultados exitosos por cuestiones de forma, tamaño y proporción mientras que otros resultaban verdaderos adefesios. Muchas empresas de transporte decidieron “modernizar” la imagen de sus unidades simplemente modificando el frente de sus viejos ómnibus con poco éxito, ya que era evidente el injerto de formas ajenas a la carrocería original. 

El público aceptó con gusto el diseño, que recordaba los grandes y redondos ojos de la lechuza. Con el tiempo llamó “lechuceros” a estos modelos y encontró en el frente de estos ómnibus rasgos del rostro humano: los hubo alegres, tristes, simpáticos, etc. Entre las propuestas más exitosas se pueden señalar los diseños de El Halcón, El Trébol y Cametal.

Atlántida. Carrocería El Halcón sobre chasis Volvo Viking.

Micro Mar. Carrocería Cametal sobre chasis Volvo, aproximadamente 1955-1957

Es curioso que la industria nacional haya tomado el frente del modelo P-46 de Aerocoach para replicarlo en los modelos de larga y media distancia y no el del Mastercraft P-372, del cual El Cóndor tenía algunas unidades. El frente de este modelo era más articulado y aparentemente “más aerodinámico”, con una mejor relación entre las partes que lo componen.

El Cóndor. Aerocoach Mastercraft P 372

Los “lechuceros”, estuvieron presentes en todas las rutas argentinas, en los viajes de larga distancia competían decorosamente con los vehículos importados y en los viajes de corta y media distancia vehículos sencillos, carrocerías austeras, funcionales y de diseño agradable.

Expreso Transportes Reconquista. Carrocería El Trébol sobre posible chasis Seddon.

Transportes Automotores Chevallier. Carrocería Cametal sobre posible chasis Volvo.

Lechuza tímida

Río de la Plata. Carrocería Decaroli sobre posible chasis Seddon.

Lechuza Sonriente

Expreso Buenos Aires. Carrocería El Halcón sobre posible chasis Scania Vabis B-71, aproximadamente 1956.

Lechuza alegre

Rio de la Plata. Carrocería El Expreso, sobre posible chasis Ford o International K7. aprox.1954

Lechuza triste

Unidad perteneciente a la empresa olavarriense Estrella del Sud.

Lechuza asombrada

Otra "lechuza" de la Estrella del Sud de Olavarría, pero de carrozado más reciente.

Lechuza ojerosa

Pequeña unidad de la empresa entrerriana San Carlos, carrozada por Cametal sobre chasis Ford.

Lechuza paciente

Scania Vabis con carrocería Cametal, de la empresa Atahualpa.

Lechuza con cejas

Expreso Buenos Aires, posible carrocería El Expreso sobre chasis Volvo. Aproximadamente 1955.

El grito

Río de la Plata. Carrocería El Halcón sobre posible chasis International K7. 1952

Los dos únicos testimonios de la presencia de Flxible en el país lo constituyen el ómnibus utilizado a fines de los años cuarenta para servicios preaéreos de la aerolínea ALFA, representado en el excelente dibujo de Aníbal Trasmonte y la unidad de exteriores del canal 7 de televisión.

Aviación del Litoral Fluvial Argentino, servicios preaéreos. Flxible Clipper (dibujo: Aníbal Trasmonte)

Unidad de exteriores TV Canal 7

El ómnibus Flxible modelo Clipper fue el inspirador del modelo Juan Perón producido en gran cantidad por Inducar para El Cóndor y otras empresas del grupo estatal, sobre chasis Leyland a comienzos de los años cincuenta. El diseño del ómnibus importado que tuvo menos presencia en el país fue reproducido masivamente, por una única industria para un solo cliente.

Carrocerías Inducar, modelo Juan Perón.

A partir de 1948 el Estado importó una gran cantidad de ómnibus urbanos para renovar la empobrecida flota de la Corporación de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires y de otras ciudades. Se trajeron ómnibus GMC y Mack. Ambos modelos tenían el parabrisas rehundido al modo de los GMC Parlor Coach.

GMC urbano “largo”

Mack C-41 urbano

En la siguiente década se continuó la renovación de la empresa estatal de transportes urbanos de Buenos Aires con ómnibus ingleses Leyland Royal Tiger carrozados por Metropolitan Cammell Weymann y por Saunders Roe, ambos modelos repetían el gesto del parabrisas rehundido. 

Aparentemente se creó un imaginario de este tipo parabrisas como algo propio de los ómnibus urbanos, más allá de la presencia de los Parlor Coach en las líneas de larga distancia; al tiempo que los parabrisas tipo Aerocoach los “lechuceros” conformaron un imaginario de los ómnibus de larga distancia.

Leyland Royal Tiger carrozado en Inglaterra por Saunders Roe

Proceso de fabricación de la carrocería en los talleres de Saunders-Roe, Inglaterra.

Leyland Royal Tiger carrozado en Inglaterra por Metropolitan Cammell Weymann

Sin embargo, la firma rosarina Decaroli Hnos. produjo el modelo nacional para media y larga distancia más difundido en la primera mitad de la década de 1950, con el frente “tipo Parlor Coach”, con el parabrisas rehundido. Las primeras unidades tenían las ventanillas laterales tipo guillotina con los ángulos de las esquinas rectos; un segundo modelo las mantenía de subir, pero con los ángulos superiores redondeados; finalmente el modelo incorporó ventanillas corredizas. Fue el más proporcionado y exitoso modelo con este frente y se lo encontró en casi todas las empresas de media y larga distancia.

Expreso Transportes Reconquista. Coche 25. Carrocería Decaroli Hnos. Chasis Seddon.

Compañía Colectiva Costera Criolla, coche 103, carrocería Decaroli Hnos. Chasis Volvo.

El Águila del Mar, coche 3, carrocería Decaroli Hnos. Chasis Mercedes Benz

Desde los años treinta, Gerónimo Gnecco fue un nombre tradicional en las carrocerías argentinas. Pero nunca experimentó con los parabrisas “lechuceros”, tipo Aerocoach. 

A fines de los años cuarenta, Gnecco introdujo un nuevo frente, con parabrisas rehundido al modo de los Parlor Coach y mantuvo el diseño durante los años cincuenta, hasta el modelo América con parabrisas envolvente a fines de la década. 

Tuvo una única experiencia con parabrisas planos, aunque no redondeados como Aerocoach, para Río de la Plata –el coche 1- fue un modelo de transición entre los tradicionales y los nuevos modelos denominados “América”.

Dirección de Turismo Social de la Provincia de Buenos Aires. Carrocerías Gnecco, posible chasis Diamond T. aprox. 1950.

Posible ex Expreso Buenos Aires coche 58 (ventanillas modificadas), Expreso Laprida. Carrocerías Gnecco, chasis Volvo, aprox. 1953.

Expreso Buenos Aires, coche 63, el nuevo modelo de Gerónimo Gnecco de transición a la serie América.

El Halcón. Carrocería Gerónimo Gnecco, modelo Súper América, para servicio urbano; chasis Mercedes Benz OP 312. 1963

Algunas firmas tradicionales como Cametal y El Trébol también produjeron unidades de media y larga distancia con el parabrisas rehundido tipo Parlor Coach. Fueron diseños atractivos que se mantuvieron varios años en producción.

El Cóndor coche 314. Carrocería Miguel Latorre, chasis Leyland.

E. T. Reconquista coche 23. Carrocería El Trébol, chasis Volvo.

Empresa Iguazú. Carrocería Cametal, chasis Mercedes Benz L312

E. T. Reconquista, Coche 31 o 34. Carrocería Cametal, chasis Mercedes Benz L312

Ex T. A. Chevallier. Carrocería El Trébol, chasis Mercedes Benz O-3500

También estos frentes, inspirados en los GM Parlor Coach produjeron reconocimiento con expresiones del rostro humano, aunque el aspecto solemne del parabrisas rehundido impidió una empatía tan fuerte como la que se dio con los populares “lechuceros”.

Taciturno…

El Rápido de Lincoln. Carrocería Cametal sobre chasis Chevrolet Loadmaster frontalizado. 1947.

Deprimido…

Río de la Plata, coche 1. Carrocería Gerónimo Gnecco, chasis ACLO Regal.

Indiferente…

Expreso Buenos Aires. Carrocería sin identificar, chasis Volvo.

Establecimientos Metalúrgicos San Isidro (EMSI), una ya establecida industria, fabricante de toldos metálicos, aprovechó la apertura económica del país a mediados de los años cincuenta, que permitió la importación de chasis, para iniciarse en la producción de ómnibus. Los primeros modelos mantuvieron el parabrisas con dos lunetas rehundidas, aunque todo en el diseño era nuevo: desde la sistematización en los procesos de producción y la fabricación en serie de las partes hasta las formas angulosas del diseño. 

Pero poco tiempo después, el modelo abandonó el frente tradicional “tipo Parlor Coach” (producido para Chevallier sobre chasis Berliet) y propuso un parabrisas panorámico envolvente.

T.A. Chevallier, coche 120. Carrocería EMSI, chasis Berliet.1956

Expreso Córdoba Salta (anterior a Panamericano) Carrocería EMSI, chasis Volvo.

El ómnibus de EMSI marcó el fin de los diseños nacionales basados en los productos norteamericanos llegados al país veinte años antes. Así, la industria carrocera recuperó la identidad nacional y se abrió al camino a los nuevos diseños, tanto de las firmas tradicionales como de otras nuevas que ingresaron al mercado. Nuevamente se logró personalizar el “ómnibus argentino”.

Micro Mar, carrocería EMSI chasis Volvo. 1956.

También la industria rosarina actualizó el diseña de sus productos. Las tradicionales firmas Decaroli incluyeron los parabrisas envolventes tanto en sus ómnibus para larga distancia como en los más livianos para la media distancia.

ABLO y Gral. Urquiza. Chasis Leyland Royal Tiger, carrocería Decaroli 1962

Río de la Plata, Chasis Seddon, carrocería Decaroli.

Finalmente, en los años sesenta, la mirada volvió a Europa, ahora sobre los chasis Mercedes Benz, Magirus Deutz (DECA-Deutz), Scania Vabis y Volvo, más tarde también, aunque en menor cantidad Fiat y ACLO.

Río de la Plata. Carrocería A y L Decaroli. Chasis Mercedes Benz, O-321 HL

Expreso Transportes Reconquista (después Micro-Sur) Carrocería A y L Decaroli, chasis Magirus Deutz (DECA-Deutz)

El Cóndor, en los patios de la industria Carrocerías D.I.C, Rosario. Chasis Mercedes Benz 0-317. 1962

Las décadas de 1970 y 1980 fueron especialmente prolíficas en el diseño y construcción de carrocerías tanto para el transporte urbano como para los viajes de media y larga distancia y se lograron productos de gran calidad de diseño y excelentes condiciones técnicas y de confort. Pero en alguno de los infaltables vaivenes de la economía argentina esta industria cuidadosamente desarrollada y con una fuerte identidad nacional comenzó a desdibujarse: muchas fábricas de carrocerías cerraron. Pero nombres como Gnecco, Cametal, Decaroli, San Antonio, El Halcón, Varese, El trébol y tantos otros hoy son huellas imborrables en la memoria y son también un patrimonio cultural que va mucho más allá del simple viajar…


Juan Carlos Pérgolis
Universidad Piloto de Colombia 

Bogotá, 2020

Todas las fotografías que acompañan a este texto fueron tomadas de la galería interactiva de www.busarg.com.ar (los créditos constan en cada imagen) con excepción de la Nº 08 y la Nº 18, que fueron donadas por el señor Pedro Teisa al archivo de www.busesdecolombia.com

 

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